domingo, 21 de mayo de 2017

Un río contra otro





Y si nos dejan de gustar las cosas a medida que vamos conociéndolas
Perdemos el encanto
Ningún encanto dura ochenta años
Vi un perro matando a un cuis
Lo vi en el cine del relato de mi hermana
Valió la pena esa experiencia
La pena de mi hermana, no la del cuis
Y la experiencia mía






Cuarenta escudos, lápiz sobre papel

jueves, 18 de mayo de 2017

jueves, 26 de noviembre de 2015

Un mismo soplo



Yo he investigado el alma, también la psiquiatría, en tanto se ocupa del alma, sin decirlo y sin saberlo, lo que aún es más trágico. Y se que los ciegos y sordomudos son dementes. Que los muy ricos y los que llevan uniformes son dementes y peligrosos. Y que los que visten sotanas y se llaman hijos de Cristo son los más dementes, hipócritas y demoníacos de todos.
En cuanto a mi obra, los médicos dicen que no hay en ella signos de enfermedad. Y aunque no es gente de gran entendimiento, en esto no se equivocan, ya que no hay en mi poesía nada en contra de la gramática, y menos todavía en contra de los grandes estupores que nos presenta la vida.
Pero a la vez presiento que en la poesía y en la locura hay un mismo soplo.

¿...El soplo de la inocencia?

¡Y del espanto!




Lápiz sobre papel




domingo, 19 de abril de 2015

miércoles, 28 de enero de 2015

VERANO

Créame, en el transcurso de los años he pensado mucho en Jhon y su manera de ser. Lo que sigue se lo voy a decir con la debida consideración y espero que sin animadversión. Porque, como he dicho, Jhon era importante para mi. Me enseñó mucho. Fue un amigo que siguió siéndolo después de que rompiera con el. Cuando me sentía baja de moral siempre podía confiar en él para que bromeara conmigo y me animara. Cierta vez me llevó a unas altura eróticas inesperadas, una sola vez, ¡ay!, pero lo cierto es que Jhon no estaba hecho para el amor, no estaba construido de esa manera, no estaba construido para encajar en otro ser o para que otro ser encajara en él. Como una esfera. Como una bola de cristal. No había manera de conectar con él. Tal es mi conclusión, mi conclusión madurada.
Y puede que esto no sea ninguna sorpresa para usted. Probablemente piensa que lo mismo les sucede a los artistas en general, a los artistas masculinos, que no están hechos para lo que llamo amor; que no pueden entregarse del todo, o no están dispuestos a hacerlo, por la sencilla razón de que tienen una esencia secreta que han de preservar por el bien de su arte.
¿No es cierto? ¿Es eso lo que piensa?


lápiz e hilo sobre papel